Dormida
07.06.2020
Hoy soñé que dormía en un gran prado y mi cuerpo yacía dormido en él.
La hierva crecía a mi alrededor y solo yo la podía oír.
El viento susurraba canciones antiguas de antaño que mecían mi sueño.
Mis párpados cerrados se dejan acariciar por el sol que con intermitencia asomaba por el vaivén de las nubes.
Un calor sofocante azotaba el día, y ya no había nada, nada más que el cielo, nada.
Mi cuerpo era verde musgo, mis ojos piedras erosionadas por el tiempo, mi pelo raíces, y mi voz agua del rio.
Ya no estaba.